La forma, el color y el tamaño, además de otras características que puedan tener las heces, permiten brindar suficiente información acerca de la salud de la persona, como por ejemplo darles pistas a los médicos de enfermedades que podrían estar originándose: problemas digestivos, infecciones, e incluso cáncer.
Existe una tabla muy utilizada en la medicina en donde se encuentra la clasificación de las heces humanas, esta tabla se le llamó la escala de heces de Bristol. Esta escala fue creada en el año 1977 en la universidad de Bristol, por los doctores Lewis y Heaton.
Según esta escala las heces se encuentran clasificadas en 7 tipos:
- Pedazos duros y separados, que resultan difíciles de expulsar: este tipo de excrementos, debe su extrema dureza, al tiempo que ha permanecido dentro del tracto intestinal, mostrando síntomas de estreñimiento y deshidratación.
- Con forma de salchicha pero apelotonada: indican deshidratación y con muestra evidente de estreñimiento.
- Similar a una morcilla y con grietas en su superficie: este tipo de heces se encuentra dentro de la categoría de normales, sin embargo no es considerada como la más óptima.
- Con forma lisa, alargada y blanda: esta clase de heces es considerada por los médicos como la más ideal, ya que es suave y lisa, lo que indica que la persona lleva una alimentación saludable, equilibrada e hidratada.
- Pedazo de masa pastosa: esta clase de heces, son fáciles de defecar y por lo general suelen ser defecadas luego de las comidas principales del día.
- Trozos blandos, con bordes irregulares y de consistencia pastosa: este tipo de heces evidencian signos de una posible diarrea.
- Sin rastros sólidos, totalmente líquida: este tipo de heces son diarreicas y puede ser una señal de una posible infección, por lo que se recomienda acudir al médico.