Henequén blanco (sac ki), esta especie es la que más se ha sembrado, esto es debido a la calidad de sus fibras. El Henequén verde (yaax ki), esta especie se encuentra actualmente en peligro de extinción ya que la calidad de sus fibras no ha tenido muy buena aceptación. El henequén jabalà (kitam ki), también se encuentra en peligro de extinción, a pesar de tener fibras más suaves, su rendimiento era bajo. Era empleado en la industria textil.
Se caracteriza por ser una planta muy resistente a las plagas o a la sequÃa, sus hojas crecen desde el suelo, son grandes y gruesas de color blanco-grisáceo, con bordes espinosos, muy puntiagudos, con espinas que miden casi 2 cm. Todas las hojas finalizan en el vértice, en una aguja fina de 5 cm de longitud. Arroja una flor en toda su vida, en un tallo de unos ocho o diez metros. Su periodo de crecimiento es de 8 a 15 años, sin embargo, puede llegar a vivir hasta los 25 años, de los cuales 20 representan el ciclo productivo de la planta. El clima donde se cultiva tiene que ser cálido, sub-húmedo y seco.
La producción del henequén no suele ser costosa ya que por ser una planta sumamente resistente, no necesita de muchos cuidados. Su utilidad es muy diversa, siendo el sector industrial el que más se beneficia de ella, en la fabricación de hilos, cuerdas, sacos, etc. También es empleada en la elaboración de artesanÃas como las hamacas, alfombras, y tapetes. Igualmente se pueden elaborar bebidas alcohólicas. El jugo del henequén es utilizado como biodetergente para el lavado y el fregado, y como disolvente para combustibles.