Se determina que la heteronomía es la que hace que un individuo siga una ley que no es la generada por su propia razón, es decir que la heteronomía es el antónimo de autonomía, ya que esta es la nos permite como personas independientes seguir por un camino propio sin la norma establecida. Al estudiar el término nos percatamos de un interesante discurso de oposición, ya que se generan dentro del ser humano en sociedad las dos teorías, en las que al mismo tiempo se siente autónomo en sus funciones, pero por hacer el bien, adaptándose al modelo socio-juridico de la comunidad es heterónomo por la educación que percibió.
Teniendo una noción de lo que es heteronomía, comprendemos que esta se encuentra en cualquier ámbito de la sociedad, un ejemplo clásico de esta teoría sería la infancia, un niño se siente independiente y feliz con sus intenciones propias de su edad, se siente autónomo al poder jugar como quiera con sus juguetes, pero cuando su madre lo limita o lo reprende, su heteronomía actúa al hacerle caso a su superior inmediato.
Según la filosofía de Immanuel Kant, existen dos tipos de voluntad, la primera es la generada por la razón, completamente autónoma y es la persona la que individualmente consigue sus motivos para tomar sus decisiones y actuar conforme lo desea. La segunda es la de inclinación, en la que el sujeto sigue la corriente de la sociedad, se adapta a la norma y se comporta para formar parte del todo de la comunidad.