De acuerdo a los leyes de cada país, el Estado puede retener parte de los tributos otorgados al trabajador; si se trata de una persona jurídica domiciliada, es decir, es una compañía, puede que la retención se sitúe entre el 5 y el 10%, mientras que, siendo una persona natural residenciada, el cobro sería de 1 a 8%.
La palabra honorario tiene su origen en el vocablo latín “honorarius”, término que puede ser traducido como “que sirve para honrar”. Está compuesto lexicalmente por “honor”, raíz que hace referencia al respeto o fama de un ente cualquiera, además del sufijo “-ario”, que determina pertenencia a algo. Desde sus inicios, ha estado vinculada con aquellos de profesión y la relevancia que tienen.
Es común que este término sea relacionado, a menudo, con palabras como salario y sueldo, aunque existan grandes diferencias entre estos. Se le llama sueldo a aquella suma de dinero fija que, por lo general, es entregada una vez al mes, como pago por los trabajos realizados durante un período establecido.
El salario es la remuneración que se entrega como consecuencia de la labor que se presta de acuerdo a ciertas unidades de tiempo, como lo son horas, días y, en algunos casos, minutos, siendo esta quincenal o mensual; este se aplica cuando un individuo atraviesa un período de prueba.
Por último, y como ya se ha mencionado, los honorarios son los pagos que específicamente reciben las personas físicas con profesiones que se basan en la asesoría, como la contaduría, medicina y la mecánica, entre otros.