Entre los usos más comunes del término, se encuentra el caso de los hijos ilegítimos, quienes son fruto de la relación extramatrimonial que puede tener uno de los dos componentes de la unión marido-mujer. Se considera ilícito porque, al momento de ser concebido, se estaría rompiendo uno de los principios más importantes que imponen la moral y los principios a la hora de contraer nupcias: el requerimiento de ser fiel al hombre o mujer con el que se está unido para siempre. Como tal, a los niños que nacen bajo estas circunstancias, se les conoce como bastardo, aunque se ha visto, en los días actuales, como un insulto hacia cualquier individuo.
En el campo jurídico, por su parte, ilegítimo es un término empleado, normalmente, para enumerar a todos los delitos cometidos, también conocidos como infracciones, por estar rompiendo alguna estipulación expresa en la legalidad. Uno de los casos más comunes es el del apoderamiento ilegítimo, que se caracteriza por ser una situación en la que un objeto, en poder de cierta persona, es arrebatado empleando recursos ilegales, por lo que se disputa en la corte la pertenencia del mismo.