Los imanes más potentes son los naturales, también conocidos como magnetita, siendo su campo magnético constante y resistente al paso del tiempo. La mayor parte de lo que atrae son trozos de hierro, además de otras sustancias magnéticas. Los artificiales por su parte, no poseen las características de un imán común naturalmente, por lo que a través de procesos químicos se le delega la facultad de atraer objetos. Sin embargo, también pueden ser llamados permanentes o temporales, siendo los primeros aquellos que tienen las propiedades de un imán natural durante toda su vida útil por ser fabricados con componentes especiales, y el segundo un cuerpo que tiene un tiempo de vida controlado.
La fuerza de los imanes se intensifica en sus extremos o polos, repeliéndose o atrayéndose en dependencia de si son iguales o diferentes, respectivamente. Este elemento está presente en muchos productos regulares, como las bandas de las tarjetas de créditos, discos duros, llaves codificadas, bocinas, brújulas, entre otros. A pesar de esto, Imán es el nombre que llevan los individuos que se encargan de dictar las oraciones a la colectividad, tradicionalmente en el Islam.