Las invasiones en la historia nos muestran una capacidad del ser humano de querer siempre dominar un territorio, prevalecer en la vida con una porción del dominio bien sea de tierra o sobre cualquier grupo de personas, era realmente importante al punto de cometer en el camino todo tipo atrocidades, daños y crímenes. Si nos vamos a un hecho en específico como ejemplo, La segunda guerra mundial fue un evento en el que se consagro una de las invasiones más grandes e importantes del mundo, la separación de un país, supuso la imposición de normas y leyes que no correspondían a los derechos humanos de cualquier persona, por lo tanto, era una invasión. Los judíos erradicados en el país al ser considerados una escoria estaban invadiendo un espacio que para los nazis era propio de ellos.
Las civilaciones y la sociedad son en entereza el mejor ejemplo de invasión, pero hay organismos que actúan como invasores en determinados espacios que como dicta el concepto genérico, no deberían de allí estar. Las enfermedades producidas por agentes patógenos son por invasiones de estos en el organismo. Por lo general son llamados bacterias, cepas o virus que en un ambiente determinado subsisten.
Los resultados de una invasión pueden variar según los objetivos de los invasores y los defensores, el éxito de la invasión y de la defensa, y la presencia o ausencia de un acuerdo entre los contendientes. El resultado más típico es la pérdida de territorio, acompañada casi siempre de un cambio en el gobierno y a menudo por la pérdida del control directo del gobierno por parte del perdedor. Esto a veces implica que el país se transforma en un estado satélite, a menudo con el requisito de pagar compensaciones o tributos al vencedor. En casos raros, el resultado de una invasión exitosa es simplemente un regreso al statu quo; esto se puede observar en las guerras de desgaste, en las que el principal objetivo estratégico es la destrucción de suministros y personas.