En el segundo grupo están los laberintos de mazes, el cual está compuesto por caminos alternativos, que hacen que una vez dentro de él se tenga la opción de escoger por una vía u otra, la cual permitirá la salida o no del laberinto. Los primeros de este tipo fueron hechos en los jardines de Inglaterra, por el siglo XII, luego se fueron propagando por toda Europa especialmente en Francia e Italia.
Uno de los laberintos más conocidos es el laberinto de Creta, diseñado por Dédalo a petición del rey Minos de Creta (de allí el nombre) para custodiar a su hijo cautivo minotauro (criatura mitad hombre y mitad toro). Este se encuentra dentro de los laberintos clásicos.
Otro laberinto clásico es el Báltico, estos poseen dos entradas y un centro, y aunque tenga dos entradas, están dentro de los unicursales porque una vez que se está dentro de él, solo tienes una vía para llegar al centro, y una vez que se llega, no realizas la misma trayectoria para salir, sino que sigues hasta salir por la entrada contraria por la que entraste.
En la actualidad, los laberintos son utilizados con fines de entretenimiento, existen muchos parque de diversiones que tienen juegos en forma de laberinto, por ejemplo está el laberinto de espejos, en donde la persona recorre una vía llena de espejos para poder llegar a la salida, durante el recorrido la persona se equivoca y hasta puede tropezar con los espejos creyendo que ha llegado a la salida.