Dentro del derecho se utiliza un término llamado arbitraje, (de igual modo que en fútbol el árbitro es aquella persona encargada de vigilar que los jugadores cumplan las reglas a cabalidad y de ser necesario busca solucionar cualquier problema que surja durante el juego), en el campo jurídico el árbitro existe y es aceptado por las partes y puede ser a través de un contrato, o en dado caso que haya una situación compleja y ocurra un conflicto entre las partes. En la mayoría de los casos el arbitraje ocurre en el área financiera, empresarial, profesional o comercial de la sociedad.
Las partes involucradas en el litigio siempre deben estar de acuerdo en quién es el árbitro escogido, y a su vez deben aceptar y acatar lo que se haya establecido en el laudo, es decir, debe haber un compromiso proveniente de ambas partes para obligarse y acceder a la solución del conflicto, que es el laudo.
A su vez es muy importante tener en cuenta que el arbitraje en cada caso debe ser ordenado por un juez, para que así pueda existir la mediación, sin embargo esto no quiere decir que lo que se dictamine en el laudo debe estar basado en normas de derecho, lo que demuestra que, la decisión allí establecida puede fundamentarse más en términos de justicia (igualdad e imparcialidad) que jurídicos (leyes y reglamentos). En el laudo también se debe indicar los motivos y razones que llevan al árbitro a determinar dicha resolución, para así demostrar imparcialidad hacia las partes pertenecientes a la discrepancia. Además se debe saber que el laudo sólo puede contener en sí mismo cuestiones vinculadas con el tema que se está tratando, de lo contrario este debe ser anulado.