Qué son leucocitos
Son un tipo de células sanguíneas que son producidas por la médula ósea, responsables de las defensas del sistema inmune contra las agresiones externas, como las bacterias o los virus infecciosos. Los leucocitos se encuentran en todo el cuerpo, incluidos el sistema sanguíneo y linfático.
Los glóbulos blancos, que son los leucocitos, forman parte del sistema inmunológico del cuerpo y de acuerdo a la cantidad existente de ellos en la sangre, se podrá determinar si existe algún tipo de afección en el organismo, tal como una infección, alergia, inflamación e incluso leucemia. Para la determinación del número de leucocitos en la sangre, se realiza una prueba de recuento sanguíneo completo o RSC.
Cómo se producen los leucocitos
Los leucocitos o glóbulos blancos son originados en la médula ósea y se van desarrollando a partir de las llamadas células madre. Una vez maduras estas células se transforman en una de las cinco variedades de glóbulos blancos: Neutrófilos, Monocitos, Linfocitos, Basófilos, Eosinófilos.
La producción de células sanguíneas a menudo está regulada por estructuras corporales como los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y los riñones. Durante una infección o lesión, es cuando se producen más glóbulos blancos presentes en la sangre, ya que su función es la de combatir todo agente extraño que ingrese al organismo y altere sus funciones.
Función de los leucocitos
Los glóbulos blancos son células que se encuentran en el torrente sanguíneo fundamentales para la salud, en especial para el sistema inmune. La función primordial de estas células es la de circular por la sangre para combatir las infecciones, representando así la defensa inmunitaria del cuerpo y en ocasiones pueden atacar los tejidos normales del organismo. Además, producen anticuerpos llamados linfocitos y participan en la destrucción de microorganismos.
Tipos de leucocitos
Existen tres tipos de leucocitos que son originados en la médula ósea a partir de una célula madre pluripotencial (que a su vez genera otros tipos de células sanguíneas como las plaquetas y hematíes). Estos leucocitos son: los linfocitos, los granulocitos (neutrófilos, eosinófilos y basófilos) y los monocitos.
Entre los leucocitos podemos distinguir:
- Los granulocitos, altamente móviles, polimorfonucleares, que a su vez se clasifican en neutrófilos, eosinófilos y basófilos.
- Los linfocitos, con un solo núcleo y sin granulación, en su mayoría pequeños, cuya función es contribuir al sistema inmune, producir anticuerpos y destruir células anormales.
- Los monocitos, de gran tamaño, muy rico en enzimas y núcleo único, forma de riñón, con misión fagocítica.
Neutrófilos
Son las células más comunes en el sistema sanguíneo pertenecientes a los granulocitos, los cuales son gránulos en el citoplasma (parte de la membrana que rodea al núcleo). Conforman casi el 70% del total de las células blancas alojadas en la sangre, sólo viven por 24 o 48 horas y su función es la defensa inmunitaria al ser las primeras células en acudir al área infectada en un periodo de tiempo inferior a una hora, y a este proceso se le denomina quimiotaxia.
Estas células también pueden digerir bacterias, pero no logran sobrevivir a esto; es por ello que el pus está compuesto de neutrófilos muertos y las bacterias que produjeron la infección ya digeridas. El conteo de neutrófilos permite conocer información vital para arrojar un diagnóstico o control ante una enfermedad, procedimientos médicos como la quimioterapia, o en situaciones no patológicas.
Linfocitos
Estos se encargan de defender el organismo de infecciones, siendo capaces de hacer diferencia entre los elementos extraños en el cuerpo y las células que pertenecen al individuo. Estos cuerpos extraños, también denominados antígenos, son identificados por los linfocitos; pero no por cualquier tipo de linfocito sino por uno específico de acuerdo al tipo de antígeno, y a partir de allí, la célula generará sustancias químicas para combatir al agente extraño.
La variedad de linfocitos que existen son:
- Los linfocitos B, que dan origen a las células plasmáticas que producen anticuerpos.
- Los linfocitos T, son considerados como los mediadores de la respuesta inmune celular, capaces de identificar al antígeno específicamente.
- Los citolíticos naturales, que contienen gránulos con enzimas capaces de destruir células tumorales o infectadas con algún tipo de virus.
Monocitos
Son los que realizan fagocitosis como los neutrófilos, pero su duración es mayor a estos. Además de ello, los monocitos presentan los antígenos ante los los linfocitos T para que puedan identificarlos nuevamente y posteriormente ser eliminados.
Eosinófilos
Estas células, que forman parte de los granulocitos, se desplazan y digieren partículas, específicamente a los parásitos. De igual forma, son las células inflamatorias que prevalecen durante una alergia, como por ejemplo, durante una urticaria, una rinitis, un episodio asmático o una infección parasitaria; por lo que durante alguna de estas afecciones, el recuento de estas células será elevado. Sin embargo, un número elevado de eosinófilos en algunos casos, puede indicar algún tipo de cáncer.
Basófilos
Son los tipos de leucocitos de menor presencia en la sangre y también son granulocitos. Similar a los eosinófilos, la presencia de cierta cantidad de basófilos indica usualmente una alergia o una infección parasitaria. Su función es la de actuar como moduladores inmunológicos en los episodios alérgicos.
Mediciones de leucocitos
De acuerdo a la cantidad o recuento de leucocitos totales en la sangre, se puede determinar la salud de un paciente. El método utilizado para ello, es el examen de orina, que permite conocer si existe algún tipo de padecimiento sistemático o renal.
El examen de orina es el método utilizado para complementar un diagnóstico desde el siglo II. Es un examen mucho menos penoso que el examen de sangre, ya que consiste en tomar una muestra de este líquido indoloro. Este examen puede reflejar pistas importantes sobre enfermedades sistemáticas y renales.
Leucocitos altos
La presencia de leucocitos altos en la sangre es denominada leucocitosis, y se caracteriza por arrojar un resultado de 11.000/mm3 en los exámenes de sangre. Sus causas pueden ser: exceso de estrés, infecciones recientes, alergias, artritis reumatoide, efecto secundario a algún medicamento, mielofibrosis o leucemia.
Los síntomas de sufrir de leucocitos elevados son, fiebre superior a los 38°C, dificultad para respirar, mareos, pérdida de apetito y hormigueo en los brazos y piernas.
Leucocitos bajos
Los leucocitos bajos o leucopenia se producen cuando en la sangre existen menos de 4000/mm3. Algunas de las causas son: anemia, leucemia, lupus, quimioterapias, uso de antibióticos, diuréticos y un sistema inmune débil por sufrir de HIV y malnutrición. Igualmente, los glóbulos blancos o leucocitos altos en orina son ocasionados por los embarazos debido a que la vejiga puede contaminarse.
Los síntomas de sufrir de leucocitos bajos son: cansancio excesivo, fiebre constante, dolores de cabeza, infecciones y resfriados recurrentes.
Valores normales de los leucocitos
El índice de los valores normales de los leucocitos o glóbulos blancos en la sangre puede variar entre los 4000 y 10,000 / mm3.
Enfermedades relacionadas con los leucocitos
Existe una importante cantidad de afecciones relacionadas a alteraciones de los glóbulos blancos, bien sea por la deficiencia en su recuento como por el exceso, o simplemente por su sola presencia en la orina.
La presencia de glóbulos blancos o leucocitos en la orina indican que hay una infección urinaria, la cual pudo ser causada por un trauma, agentes infecciosos y sustancias infecciosas. Indican además una infección o deficiencia renal, y pueden presentarse cuando se retiene la orina en la vejiga por largos periodos de tiempo, lo cual puede desencadenar un desgaste e infección de gérmenes; como el caso de la nefritis lúpica. Por otra parte, pueden presentarse afecciones infecciosas producidas por bacterias como Shigella, Clostridium difficile o Salmonella, lo que producirá la presencia de leucocitos en heces.
Por otro lado, en cuanto a la alteración en su recuento en la sangre, los valores de leucocitos pueden ser alterados por episodios infecciosos producidos por enfermedades como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) o por cuadros de estrés.
Los leucocitos y sus diversos tipos se pueden evaluar de igual forma a través de un estudio de laboratorio llamado hematología. Las elevaciones de glóbulos blancos muy por encima de sus valores normales son características de la enfermedad conocida como leucemia. Algunas infecciones por virus como el dengue pueden producir una disminución significativa en los glóbulos blancos con predominio de linfocitos.
Por otro lado, la neutrofilia es una condición médica que se caracteriza por un alto nivel de neutrófilos en el torrente sanguíneo. Estos corresponden a los glóbulos blancos responsables de la protección del organismo de los agentes patógenos a través de una respuesta inmune. Su causa es algún tipo de afección de tipo bacteriano y su síntoma más común es la fiebre alta, que puede indicar una infección local. Las enfermedades reumáticas, al igual que la neoplasia del tracto intestinal y el pulmón son causantes de neutrofilia.