Proust realizó gran parte de su investigación en España y es allí donde logra determinar que la mezcla de elementos puede llevarse a cabo en una relación de peso continuo indistintamente del proceso inmediato que lo formó. Es decir, que los elementos que integran un compuesto van a conservar una proporción fija en peso, dentro de cualquier muestra neta de una mezcla. un ejemplo sencillo de esta ley, es el caso del agua, la misma se encuentra compuesta por dos elementos: el hidrógeno y el oxígeno, los cuales siempre estarán en una proporción de 1-8, sin tomar en consideración, el origen del agua.
A través de esta ley Proust también demostró que la teoría del químico Berthollet era incorrecta, ya que este aseguraba que algunas mezclas químicas podían variar en su composición, dependiendo de la manera en que eran preparadas. Proust le atribuyó esta equivocación al empleo erróneo de sustancias químicas que no estaban del todo purificadas. El éxito de Proust fue más que evidente y su teoría se estableció de manera definitiva, gracias al respaldo de otro químico llamado Jons Berzelius, quien apoyo su hipótesis, la cual fue aceptada de manera unánime.
La ley de Proust garantizaba la proporcionalidad entre la masa de sustancias reactivas y los productos en una reacción química. Es por esto que también se le conocía como ley de proporciones definidas.
Para la industria y el ambiente de laboratorio, estas leyes son muy útiles en el cálculo de la cantidad de reactivos necesarios para la preparación de sustancias, así como el número de productos que debe ser producido.