Los libretos surgieron históricamente con las primeras representaciones teatrales, las que surgieron en la Antigua Grecia (aunque para algunos, las mismas ya existen de la civilización egipcia). Los libretos, o estas formas primitivas de lo que ahora conocemos como libretos, fueron escritos para guiar a los actores en los diálogos y probablemente eran mucho más simples que los libretos de hoy. La existencia de los libretos se puede encontrar tanto en la Edad Media y más tarde en la Edad Moderna en la que William Shakespeare fue sin duda uno de los más altos representantes de los libretos para obras de teatro.
Un libreto es un formato de texto que expone el contenido de una obra de teatro, que indica los detalles literarios y técnicos que se deben tener en cuenta a la hora de poner una obra de teatro en escena. Un guión para obra teatral contiene en cuanto a lo literario, los diálogos y discursos de los personajes intervinientes; y en cuanto a los aspectos técnicos, describe los detalles, las acotaciones, la escenografía, el vestuario, el sonido, entre otros.
Por lo general las formas o estructuras de los libretos son similares. Se dividen en actos o escenas en las que se producen una serie de eventos o diálogos relacionados. Cada escena aclara, en la medida de lo posible, la ubicación de cada carácter, el entorno en el que se encuentran y otros datos, y luego pasa al diálogo real entre los diferentes personajes de la obra. Este diálogo se escribe aclarando el nombre de cada persona que habla o interactúa con otros. En los libretos se deben marcar tanto las palabras como los sonidos e incluso los silencios para que los actores puedan saber cuándo hablar y cuándo permanecer en silencio.