El término ecuador proviene del latín «aequator» y su significado es igualador. Su origen proviene de aequitas que es (equidad), (el diptongo ae se pronunció e en el bajo latín) y forma parte de un grupo de vocablo bastante amplio, que mantiene constante su significado original.
La primera Misión Geodésica para medir el planeta llegó a la Real Audiencia de Quito en 1736 y estuvo constituida por los franceses Pedro Bouger, Luis Godin y Carlos María de la Condamine, así como los españoles Jorge Juan y Antonio de Ulloa y el oriundo de tierras ecuatorianas Vicente Maldonado. Todos ellos pretendían comprobar de manera científica la redondez de la Tierra.
Tras la visita de la Misión, los estudios duraron nueve años, se empezó a llamar a las tierras de los alrededores de Quito como «Tierras del ecuador», siendo referencia el paralelo aequator que divide al planeta en dos hemisferios. Luego más tarde una segunda misión arribó a suelo ecuatoriano en 1802, dirigida por el francés Charles Perrier y se establece en la región y corroboró los datos obtenidos por el primer grupo de investigadores.
Luego de que se realizarán varias investigaciones se estableció que el país Ecuador debe su nombre al paralelo cero, llamado ecuador. Como contrapartida, también se puede establecer que el paralelo cero no debe su nombre al país.
Estudios recientes, hechos con tecnología satelital y uso del GPS, revelaron que el paralelo cero (Latitud 0º 0′ 00″) se encuentra a unos 244 metros más al sur de donde se ubica el obelisco de Pichincha. Ahora la nueva mitad del mundo se encuentra en Quito pero está representada hoy por un enorme reloj de sol, emplazado en el llamado proyecto Qu.