Este tipo de precipitaciones se da gracias al alto nivel de contaminantes presentes en la atmósfera, se sabe que lo volcanes en actividad de erupción y la capa vegetal son lluvia ácida, sin embargo la principal fuente de elementos tóxicos, en el aire se debe a acción humana sobre el medio ambiente, principalmente asociada a la actividad industrial, pues el uso de combustibles de tipo fósil como el petróleo y el carbón como fuente de energía en la centrales eléctrica, automóviles, fábricas, calderas para la calefacción etc. Liberan grandes cantidades de óxidos de nitrógeno y dióxido de azufre a la atmósfera, éstos al entrar en contacto con agua pueden reaccionar, dando origen soluciones diluidas de ácido sulfúrico y ácido nítrico, posterior a esto son esparcidas en el planeta en forma de nieve, granizo y lluvia.
Los efectos que ésta puede tener sobre el medio ambiente son catastróficos, pueden ir desde la acidificación de grandes masas de agua (ríos, lagos, mares) hasta la muerte de la vida vegetal en las selvas, bosques, llanuras etc., ya que estas precipitaciones arrastran los nutrientes naturales que posee el suelo y por ende las plantas no pueden seguir desarrollando o viviendo, provocando la muerte de tales áreas. Además de ello las infraestructuras creadas por la mano del hombre pueden verse afectadas ya que los ácidos que la lluvia ácida posee, pueden deshacer estructuras hechos de caliza o mármol.
Con el crecimiento de la población y el uso desmesurado de fuentes de energía contaminante, la lluvia ácida se ha vuelto un problema que arropa a la sociedad es por ello que actualmente se han tomado medidas preventivas con respecto a la emisión de gases contaminantes a la atmósfera, tales como disminuir los niveles de azufre en los combustible, promover el uso de gas natural como combustible, desarrollar el transporte que funciona con energía eléctrica, disminuir la utilización de sustancias químicas en los cultivos, entre otras cosas más.