Este término fue utilizado por primera vez en la ciudad de Nueva York durante los años setentas, luego de la desindustrialización y la posterior caída demográfica que llevaron a que la ciudad se fuera a la quiebra, es por ello que mucha de la infraestructura que dotaba a las pequeñas fábricas, almacenes y talleres, fueran dejados en el abandono por no tener beneficios económicos.
Fue desde ese momento que en Nueva York inicialmente se popularizó el uso de estos espacios industriales abandonados, como viviendas para los estudiantes y artistas de bajos recursos. La alta demanda de vivienda se contextualizan al estilo de vida urbano con características distintivas que en la actualidad se conoce como Lofts.
Uno de los elementos principales que más definen al concepto de loft es el de la falta de paredes o divisiones entre sus espacios, por lo tanto no existen habitaciones independientes. Estas construcciones podrían ser descritas como una habitación de grandes dimensiones en la cual el comedor cuenta con conexión directa con el dormitorio y la cocina por solo poner un ejemplo.
También existen los casos en los que el loft puede contar con solo pequeñas divisiones como por ejemplo las columnas, bloques de cemento u otros material que hacen las veces de división no completa, escaleras, entre otras. Es frecuente además que esta vivienda cuente con más de una planta, lo que hace que el espacio sea mucho más amplio y conecte diferentes superficies entre sí.