Vulgarmente, es llamada con diferentes nombres, entre los que se encuentran: acónito amarillo, acónito cuarto de Laguna, anapelo, capa de monje de los herbolarios, capilla de fraile, cugulla de fraile, hierba lobuna, luparia, matalobos, matalobos de flor amarilla, tora blanca, al igual que tósigo de Roncesvalles, entre muchos más; cabe destacar que todos los diferentes nombres que recibe son desarrollados por los individuos que las frecuentan y hacen que tenga coherencia con la descripción que de ella se hicieron.
Su nombre deriva del griego “akòniton”, cuyo significado es “planta venenosa”, debido a alto nivel de toxicidad, llegando incluso, los expertos a recomendar que se aprenda a reconocer la planta por temor que el poder oculto de éste se active con el contacto a la piel; por su parte, “vulparia”, significa “zorro” y tiene raíces latinas. Todo se debe a la licaconitina, un componente químico natural que tiene una estructura molecular natural similar a la de la aconitina, lo que se remite a ser muy tóxica y dañina.
Puede crecer desde los 50 hasta los 150 centímetro, sus hojas se tiñen de un verde muy claro y sus rosas son de un color amarillo pálido. Existen otros tipos de especies que se consideran sinónimos, pero no son muy aceptadas en la comunidad científica, por lo que no se consideran en ningún aspecto.