Esta religión estuvo ampliamente distribuida por el mundo. Se divulgó a través del Imperio Romano, Imperio Sasánida, China, además del Medio y Extremo oriente. Es por ello que los libros sagrados de esta religión se encuentran en una variedad de idiomas, tales como el griego, latín, chino, copto, parto, persa medio, entre otros. Las enseñanzas teológicas del mismo dividieron a la crítica; algunos optaban por definirlo como una religión gnóstica y dualista, mientras que para otros simplemente no podía ser reducido a tales características. Hacia la Edad media, especialmente en occidente, este fue considerado como una religión hereje, por lo que sus practicantes eran condenados a sufrir una gran cantidad de torturas y escarnios públicos.
Estos eran expresamente dualistas, y creían que el alma era una especie de luz dispuesta en el cuerpo; estos, igualmente, tenían muy presente la lucha entre el bien y el mal. Estos dividían a sus seguidores en dos grandes grupos: los elegidos, quienes eran vegetarianos, practicaban el celibato y pasaban bastante tiempo en oración, además de los oyentes, quienes se caracterizan por practicar el ayuno, contraer matrimonio y debían, obligatoriamente, servirle a los elegidos.