El mujeriego siempre se caracteriza por lo siguiente:
- Se encuentran adictos al sexo femenino.
- Cuando mantienen una relación prolongadas, con frecuencia son infieles.
- Las relaciones que mantienen con mujeres, siempre inician de una manera rápida.
- De manera inconsciente suelen clasificar a las mujeres de “vírgenes o prostitutas”, de “buenas o malas”.
- Los mujeriegos tratan siempre de evitar los amores más profundos.
- Por lo general creen que sus mujeres son de su propiedad y al sexo lo ven como un objeto de consumo.
Las características antes mencionadas, deben ser tomadas con mucha cautela, ya que al igual que los síntomas de una enfermedad, la aparición de uno de ellos, no implica que exista algún problema. Ahora bien, si un caballero presenta la mayoría de las características vistas anteriormente y de manera persistente, se debe analizar como algo patológico, una especie de desequilibrio emocional que se distingue por la obligatoria persecución de mujeres: “el complejo de casanova”.
Los mujeriegos son grandes calculadores, encantadores, persistentes e inteligentes, son los que tienen que llevar el control en la relación en todos sus aspectos. Ellos padecen de una enfermedad psicológica en sus vínculos tempranos, que los hace sentir miedo a los compromisos y al abandono.
En la actualidad, este tipo de hombres abundan en todas las sociedades del mundo. Los mujeriegos pueden ser buenas personas, siempre y cuando no se involucren sentimentalmente con ellos; de hacerlo, entonces se entrará en una relación turbulenta y llena de infelicidad; ya que la mayoría de las mujeres suelen buscar relaciones estables con sus parejas, en donde exista el respeto y sobre todo la fidelidad, algo que obviamente no le puede ofrecer un mujeriego. Pero lo más triste de todo, es que esta clase de hombres nunca logra la felicidad y siempre termina solo.