Tiene un cuerpo esférico desde la raíz hasta la parte superior no poseyendo raíces a los lados, solo una que permanece por debajo de la tierra siendo larga y delgada que al ser extraído queda desprendida de ella, su sabor es muy parecido al repollo crudo que al ser cocinada es más sutil.
A pesar que es oriundo de Europa y Asia unidas, el nabo ya se cultivaba en la antigua Grecia y en Roma como en otros lugares del mundo, pasando a ser un ingrediente en las principales comidas como el asado con puré.
Siendo el nabo rico en nutrientes como el glucosinolato usado como componente medicinal, dándole el sabor dulce y amargo de la hortaliza, es un efectivo antioxidante en el organismo que ayuda y previene a contrarrestar el cáncer, como sus efectos dañinos. Es muy efectivo en los malestares del catarro previniendo y mejorando los síntomas descongestionando el pecho, ayuda también a pasar la fiebre ya que es alto en contenido de vitamina C; que al comerlo crudo combate las infecciones virales, posee una capacidad diurética por alta impulso de potasio que ayuda a eliminar los agentes tóxicos en el organismo humano, bajando la hinchazón de las varices, ayudan a una buena digestión por ser muy fibrosos y contienen pocas calorías, por eso se recomiendo consumir una porción de nabos al día, unos 200 gramos crudos en ensaladas y otros gramos más cocido como acompañantes de las carnes rojas o pescado; ya que son mejores que una papa, se les recomienda a las personas diabéticas y con sobrepeso llevar una rica dieta en altos consumo de nabos al día, para ayudar a una buena digestión y obtener más rápido un nivel saciedad y estar más satisfecho entre comidas.