De hecho, un reciente estudio británico reveló que en el Reino Unido el 66% de la población ya padece nomofobia o adicción a los teléfonos móviles, lo que representa un aumento de más del 50% en relación con el mismo estudio realizado hace cuatro años.
Respecto a la edad de presentación de esta adicción a los teléfonos inteligentes, según las últimas encuestas, el 77% de las personas entre 18 y 24 años lo padecen, mientras que en el rango de edades de 25 a 34, la incidencia de la nomofobia fue del 68%.
En cuanto a la distribución por sexo, según los datos recabados, el 61% de los hombres la padecen, frente al 39% de las mujeres. También se demostró que el 40% de los encuestados prefería tener un teléfono móvil adicional para evitar quedar incomunicado.
El uso continuado de Internet y las redes sociales significa que la necesidad de estar permanentemente conectados se vuelve esencial para las personas que sufren de nomofobia. El simple hecho de imaginar la pérdida de su teléfono inteligente o no tenerlo cerca los hace sentir realmente mal, con una sensación de estar solo, triste y aislado, apareciendo síntomas como ansiedad, depresión, pánico, sudoración, taquicardia, ira.
Todos esos son síntomas de adicción al móvil son reconocibles y comunes a cualquier tipo de adicción, junto con la negación del problema. Sentirían lo mismo si no tuvieran cobertura o saldo. Nunca ser capaz de apagarlo, incluso en lugares donde su uso está prohibido, como aviones o ciertas áreas del hospital, es otro síntoma de la nomofobia.
Deben tenerlo cerca, como un amigo fiel, en cualquier circunstancia: comida, siesta, cine, gimnasio, trabajo … Pagar por ello es una decisión que no se concibe. El teléfono inteligente está allí y punto.
Una de las consecuencias de la nomofobia es el insomnio, ya que, al no apagar el móvil por la noche, los mensajes y las aplicaciones de Whats todavía se responden, sea cual sea el momento, interrumpiendo el ciclo de sueño natural.
Otros efectos de la nomofobia destacados son la falta de autoestima y la inseguridad personal, que llevan a esta patología y que llevan a estas personas a refugiarse en su mundo virtual, evitando así enfrentar sus problemas.
Es conveniente reforzar el hábito saludable de apagar el teléfono durante varias horas al día. Y también, es importante apagar el teléfono móvil para tener un plan específico para evitar interrupciones.
