Según teorías desarrolladas por diferentes comunidades científicas, los humanos y animales tiene diferentes grados de desarrollo del aparato óptico, todo esto debido a la teoría de la evolución, que propone una historia diferente de la creación a la que se conocía tradicionalmente en la época medieval y algunos siglos después; esta propone que las bacterias en los extensos mares en la prehistoria empezó a desarrollar un cuerpo y hacerse más grandes, a la vez que empezaban a desarrollar los órganos, entre ellos el ojo; al principio, se trataba de un mecanismo primitivo y la visión era muy borrosa. A través de millones de años, la naturaleza perfeccionó su creación, aunque no de manera simultánea, pues la evolución de las especies es más avanzada si aparecieron en épocas anteriores a otras.
Los vertebrados e invertebrados tienen ojos diferentes, ya que los primeros tienen la retina invertida y los últimos no; esto supone una ventaja, porque no existe el punto ciego que caracteriza la retina invertida. La estructura del ojo consta de diferentes capas y elementos, estos son: el globo ocular, es la esfera que contiene todos los elementos y está lleno de humor acuoso (líquido compuesto, en su mayoría, por agua); también posee tres capas: la retina, la coroides y la escleróticas; la zona que se encarga de percibir y regular la luz está constituida por el cristalino, la pupila, el iris y la retina.