Es decir que como uso principal en el ámbito de derecho es para expresar el hecho de matar a los progenitores; tal sería el caso si un dado individuo asesinara a su padre, madre o incluso a ambos, entonces este habrá cometido parricidio, por lo cual se le consideraría como parricida.
En la Roma Antigua la autoridad del padre sobre su familia era de tal magnitud que durante diversos periodos de tiempo la pena otorgada a un progenitor parricida era de menor medida a comparación al de otros crímenes menos graves. Aunque es importante mencionar que en el marco histórico el parricidio ha sido y es considerado uno de los crímenes más abominables, y que además muchos han sido los casos donde en la antigüedad los príncipes asesinaban a sus padres para así poder heredar el trono. Hoy en día, este vínculo sanguíneo es tomado en cuenta como un perjuicio en el momento de juzgar un delito; por ende a los parricidas se les otorga una pena que tiene en cuenta este asunto.