En el idioma castellano, el participio siempre es pasado. Esta forma verbal le permite crear una oración subordinada, realizar la conjugación de la voz pasiva o aplicar una calificación a un sustantivo. Algunos ejemplos de participios son «comprados» («Ya compré un número para la rifa de este año»), «interpretados» («El texto ha sido interpretado por un actor portugués muy talentoso») y «robados» («Los autos robados fueron valorados en medio millón de euros «).
Como dato curioso, el nombre del participio se da como resultado de su participación tanto en el adjetivo como en la función del verbo, aunque simplemente mantiene los matices de este último. Como se indicó en el párrafo anterior, el español actual solo reconoce el participio que denota una acción del pasado, independientemente de la distancia que mantenga con el presente; por esta razón, hasta hace unos años, el diccionario de la RAE llamaba participio pasivo o pasado.
Como ya lo dijimos antes el participio o pasado participio es la única forma no personal del verbo que tiene género y número, no es lo mismo con el infinitivo y el gerundio. Algunos ejemplos pueden aclarar esta peculiaridad del participio. En infinitivo, el verbo terminar es terminar (porque el infinitivo es el mismo nombre que designa el verbo) y en gerundio el verbo terminar es el final. En participio, el verbo final está terminado, pero también se puede modificar tanto en su género (masculino o femenino) como en su número (singular o plural). Por lo tanto, el participio terminado se transforma en terminado si la oración lo requiere (las tareas se han terminado).
Uno de los aspectos que son difíciles en relación con el pasado participio es que algunos de ellos son regulares y otros irregulares. Los participios regulares son aquellos que terminan con adoración o se han ido (caminando, a la izquierda) y los irregulares son aquellos que violan esta regla. El participio de apertura es abierto, el de poner es puesto y el de decir es dicho. Cuando una persona ya es adulta y tiene un nivel aceptable de cultura, generalmente no hay confusión con las formas regulares e irregulares y se usan normalmente, aunque a veces el hablante comete un error y comete un lapso momentáneo, en este caso un error, en el entrenamiento del participio sería decir que (ella me ha decido, en lugar de que ella me lo haya dicho). Este tipo de errores son más típicos de los niños pequeños, que aún no han estudiado las irregularidades verbales.