Personificación, como la misma etimología lo indica, quiere decir Añadir cualidades de las personas a lo que no lo es. Veamos el siguiente ejemplo: EL mítico cuento de Lewis Carroll, «Alicia en el país de las maravillas» es una encantadora historia en la que se narran las aventuras y travesías de Alicia, una bella niña que en medio de un sueño fantástico, cae por el agujero de un conejo en un árbol hacia un misterioso y colorido mundo, donde criaturas extrañas le aguardan para que se enfrente con diversos peligros. Los personajes de este mundo, son por lo general producto de muchas personificaciones: Una tetera y su juego de tazas con un rostro que habla y emite graciosos sonidos, un gato que tienen poderes sobre naturales y además de estos, habla, sonríe y como propósito en su vida está el conseguir un sombrero que adorne su cabeza tal como las personas lo hacían en épocas pasadas y no podemos dejar de lado al conejo y a la reina con un ejército de soldados que no eran más que cartas de póker.
Todos estos personajes, no existirían jamás en la vida real, ya que en un cuento mágico como este todo es posible, de eso se trata la personificación. Digno representante de la creatividad en el género literario y además de eso, fue uno de los primeros en saltar a los demás medios de comunicación y expandirse por todo el mundo entre las culturas. La religión y las diferentes manifestaciones étnicas de las sociedades también crean leyendas y mitos en los que personifican a personajes con las ideas y propósitos heredadas de los antepasados.