Muchos países dependen de la industria petroquímica como principal fuente de ingreso, Venezuela por ejemplo, basa su economía casi por completo en petróleo y gas natural, porque su posición geográfica privilegiada le permite la explotación de una de las reservas más proliferas del planeta. Otros rubros como los producidos por el sector agrícola son responsables de menos del 10% de la entrada monetaria del país.
En la petroquímica para la extracción del petróleo y gas natural, se utilizan procesos complejos para abrir huecos profundos en la corteza terrestre, porque el contenido fósil que se requiere está en las capas más cercanas al centro de la tierra en pequeños (en relación con el tamaño del planeta) reservorios. Con taladros mecánicos gigantes y tuberías especiales que mantienen la cavidad lubricada y en su posición. Luego de la extracción este producto bruto viaja a través de grandes tubos conductores hasta plantas refinadoras de “Crudo” tal como se le denomina al petróleo o gas natural antes de ser procesado. A partir de los procesos químicos que se aplican aquí se derivan productos para uso comercial, doméstico e industrial como lubricantes, combustible (gasoil, gasolina, diésel), gas para cocinar y sustancias como la vaselina.
Entre los gases naturales que se extraen en los procesos petroquímicos están el metano, el propano y el butano, cuando se extrae el petróleo se derivan una serie de productos de estos, dependiendo del tipo de petróleo que se obtenga. Combinaciones entre los productos de la petroquímica y otras industrias pueden tener como resultado la creación de plásticos, gomas y resinas que se utilizan para fabricar objetos como cauchos, ligas, repuestos de vehículos, muebles, balones, entre otros.