A menudo, se suelen confundir los términos posmodernidad con el postmodernismo, uno de los movimientos literarios, también típicos de la época. La postmodernidad, dentro del aspecto cultural, rechaza la ida del modernismo del “progreso y la implementación de nuevas e innovadoras formas de expresiones y métodos de creación”. Como un período histórico, la postmodernidad se caracteriza por tener una sociedad que piensa en la realización individual, que busca vivir el presente y desecha la idea del pasado o el futuro; a esto se le suma la globalización, un fenómeno que ha marcado profundamente la conducta de las personas, y la verdad que “venden” los medios masivos.
El pensamiento postmodernista, de igual forma, toma matices similares, siendo así: es antidualista, es decir, excluye la doctrina de la creación basada en dos ejes: el bien y el mal, alegando que estos excluyen otras perspectivas filosóficas; cuestiona los escritos, puesto que estos no pueden presentar hechos completamente verídicos, sino que son el reflejo del juicio y la cultura del autor; es lingüístico, porque el pensamiento es moldeado por el lenguaje; la verdad sólo como una perspectiva, no como una realidad universal.