La preadolescencia comienza con la pubertad. Por lo general, durante esta etapa, es normal ver que las niñas están un poco más desarrolladas que los niños, puesto que para ella, la pubertad inicia primero
Existe una especie de duelo por el cuerpo, debido a los nuevos cambios a los que es sometido, además de la reestructuración de los cambios en la imagen corporal. Los ánimos fluctúan y existe una creciente necesidad de compartir los problemas con los padres. A los preadolescentes les gusta negociar sobre la disciplina y mantienen un fuerte sentido de la justicia, puesto que empiezan a sentirse como iguales a los adultos que les rodean. Vínculos fuertes con grupos del mismo sexo son formados y las relaciones que se basaban en la dependencia (con personas adultas), son reemplazadas por otras con bases independiente.
Durante esta época se presentan de los más radicales cambios, tanto en el aspecto físico, como en el psicológico. Esto puede llevar a crisis, como depresión mayor, distimia, ansiedad y demás trastornos, además de propiciar el nacimiento de conductas lascivas para el propio cuerpo, como el consumo elevado de alcohol y las drogas.