Un prestidigitador no es una persona mala, al contrario de lo que se piensa, al irnos a las bases del concepto, no encontramos malos motivos por los cuales alguien se convierte en un prestidigitador, sin embargo, quien recrea una ilusión a fin de establecer un propósito, por lo general tiene una intención que lo satisface. En el mundo del espectáculo cientos de magos, ilusionistas y prestidigitadores se han puestos sus mejores galas y han hecho los mejores trucos para satisfacer el ojo del público. Entre los más conocidos esta Houdini, quien era sumergido en un tanque lleno de agua mientras estaba sujeto con cadenas y candados, con sus habilidades Houdini se zafaba de su prisión y sorprendía a todos con algo que parece prácticamente imposible.
Por lo general el prestidigitador hace que el espectador se introduzca en un mundo de ilusiones planificadas, quien hace las veces de mago, conoce todos los posibles puntos por los cuales sorprender al que respecta. El ilusionista crea un ambiente de drama y suspenso en torno al acto que va a realizar, gesticula movimiento que no son necesarios a fin de confundir al que ve, lo importante de una ilusión es hacer entender a la persona que lo que sucede no tiene una explicación lógica y probable, sin embargo, muchos programas de televisión se han dado a la tarea de desenmascarar a los prestidigitadores haciendo públicos sus secretos, son contados los magos e ilusionistas que aún conservan sus mejores trucos verdaderamente, bajo la manga.