Este término fue dado a conocer por primera vez por un profesor de neurología y bioquímica de la universidad de California (estados Unidos) llamado Stanley B. Prusiner quien al realizar estudios sobre un conjunto de enfermedades crónicas e irreversibles que terminaban dañando el sistema nervioso central, dio con estas proteínas infecciosas causantes de diversos males neurológicos.
Los priones cuentan con una estructura molecular que trabaja sobre las proteínas del organismo, transformándolas en priones nuevos, que a la vez, van incrementando la infección. Un prion es una proteína mal plegada que genera condiciones neurodegenerativas continuas. Como ya se dijo, Cuando un prion se introduce en un organismo totalmente sano, trabaja sobre la forma común de la misma clase de proteína que existe en dicho organismo, formando más priones y originando una reacción en cadena, produciendo importantes cantidades de priones.
La etapa de incubación de las afecciones priónicas suele fijarse por la tasa de desarrollo exponencial, vinculado con la replicación de priones.
Los priones son partículas muy dañinas para cualquier tipo de animal, ya que ellos son los causantes de enfermedades transmisibles entre los mamíferos, como es el caso de la famosa enfermedad de “las vacas locas” la cual afecta al ganado bovino y que puede propagarse hacia los humanos, si éstos consumen su carne infectada.