El objetivo general de la prosopopeya, es la de dar hacer parecer que objetos y seres no humanos, piensen como si pertenecieran a la raza humana. Estas pueden ser tanto pequeñas frases sutiles, que enriquecen el texto, hasta escritos de larga extensión, en la que se narran las situaciones humanas en las que se ve inmerso un ser inanimado. De igual forma, se le pueden convertir a lo que describe, en una persona; de esta forma, es mucho más sencillo para el lector comprender las sensaciones que al autor le genera el objeto. Es por ello que se considera como una de las figuras retóricas de la ficción, puesto que alude a situaciones que simplemente no pueden ser recreadas en la realidad física. Un claro ejemplo de la prosopopeya es el poema de Juan Ramón Jiménez “Vino, primero, pura”, en el que se le otorga a la poesía rasgos humanos, y no se revela esto hasta ya finalizado el escrito.
Prosopopeya
El objetivo general de la prosopopeya, es la de dar hacer parecer que objetos y seres no humanos, piensen como si pertenecieran a la raza humana. Estas pueden ser tanto pequeñas frases sutiles, que enriquecen el texto, hasta escritos de larga extensión, en la que se narran las situaciones humanas en las que se ve inmerso un …
Se entiende por prosopopeya, al acto en donde la gravedad o la solemnidad son capaces de afectar la forma en la que un individuo es capaz de expresarse, extendiéndose, en algunas ocasiones, hasta la forma en la que suele actuar. En la literatura, se trata de la figura retórica empleada cuando un escritor pretende atribuir a elementos o hechos que, normalmente, son inanimados, características propias de la composición morfológica del ser humano, o bien, que forman parte del comportamiento del mismo. En un sentido más amplio, la prosopopeya puede, incluso, denotarse en historias donde los seres irracionales, por decisión del autor, actúan, piensan y sienten como un ser racional; de igual forma ocurre cuando personas o animales muertos tienen la capacidad de comunicarse.