Este término fue utilizado por primera vez a mitad del siglo XIX durante la Segunda Guerra Mundial, para ser más específicos en el año 1866, siendo el biólogo de origen alemán Ernst Heinrich August Haeckel el primero en aplicarlo. Este científico ideó este término con el objetivo de que a través del mismo, se pudiera identificar o nombrar a todos aquellos organismos unicelulares y ciertos organismos pluricelulares, los cuales no eran admitidos ni dentro del reino vegetal ni del animal y que según su hipótesis eran los primeros que habían poblado la Tierra.
Por tal razón el reino protista, incluye a los organismos de tipo eucariota que, por sus características, no son admitidos en el resto de los reinos de esta clase. Aunque la gran parte de los protistas son unicelulares, es importante señalar que también existen protistas multicelulares. La mayor parte de los protistas, por otra parte, incluyen a los seudópodos, cilios y flagelos que les da la capacidad de contar con movilidad propia.
Es importante señalar que los organismos protistas no se encuentran adaptados a los ambientes externos con plena existencia de aire, razón por la cual sus hábitats generalmente son acuáticos, terrestres pero húmedos o en su defecto pueden vivir dentro de otros organismos mayores.
Por su parte la forma y tamaño de los protistas es muy variado. Con respecto a su forma, algunos protistas son muy similares a las plantas, y existen otros que se parecen a los animales. En cuanto al tamaño varía desde decenas de metros a sólo milímetros.