Este tipo de investigación se lleva a cabo sobre la base de una metodología científica, que les da rigor y validez. Pueden desarrollarse no solo en el área de la ciencia, sino también en las humanidades, la tecnología, las artes, las ciencias políticas y jurídicas, las ciencias sociales, etc.
Cada proyecto de investigación consiste en un plan de trabajo o actividad, donde se prevé la duración del proceso de investigación. De esta manera, el investigador trabaja de acuerdo con un cronograma que debe respetarse y cumplirse.
Para que una investigación sea válida, es necesario determinar la muestra del estudio (por ejemplo, una población específica de un territorio específico). Por otro lado, es necesario introducir una técnica de muestreo (por ejemplo, tipo de probabilidad).
En cuanto a los aspectos técnicos, es necesario utilizar escalas de medición variables, que pueden ser cualitativas o cuantitativas. Por otro lado, es necesario establecer un plan de análisis de datos, informes de evaluación, referencias bibliográficas de acuerdo con pautas establecidas, recursos materiales, entre otros.
Todos los proyectos se gestionan en base a cinco fases principales: preparación, planificación, ejecución, monitoreo y entrega. Con metodologías ágiles, muchas de estas etapas se pueden superponer. Tal es el caso de la planificación y ejecución, entrega y monitoreo continuo. De esta manera, llevamos a cabo una planificación flexible que puede capear adecuadamente cualquier contratiempo. Siempre que tengamos un control real de lo que sucede en el proyecto.
Un proyecto de investigación consiste en:
• Título
• Enfoque o formulación del problema.
• Objetivos (generales y específicos).
• Justificación.
• Marco teórico
• Fondo
• Hipótesis
• Metodología
• Recursos (Materiales y economía)
• Horario de actividades.
Sin embargo; Sus características son las siguientes:
• Un proyecto de investigación es único.
• Es temporal ya que cumple un cierto término.
• Forma un equipo de trabajo con una amplia variedad de tareas y responsabilidades.
• Tiene una naturaleza flexible y se gestiona de acuerdo con las necesidades
o circunstancias imprevistas.
• Tiene al menos tres fases: planificación de ejecución y entrega.