En general, se acepta que si la consolidación ósea no se realiza en 6-8 meses, nos enfrentamos a una pseudoartrosis. El proceso de consolidación puede ser alterado perturbado por factores mecánicos, biológicos o una combinación de ambos. El retraso de la consolidación y la pseudoartrosis son dos procesos que difieren en su fisiopatología, pronóstico y tratamiento. El tratamiento debe ser individualizado teniendo en cuenta todos los factores presentes en el paciente, para abordar de manera integral el problema. los la pseudoartrosis de los huesos largos puede tratarse con un único procedimiento quirúrgico en más del 90% de los caso, pacientes, con buenos o excelentes resultados en la restauración del eje mecánico y la longitud de la extremidad afectada,en el 80% de los casos.
Cuando ocurre una fractura, ciertas células de nuestro cuerpo migran inmediatamente al foco de la lesión. Esto es para limpiar el área del tejido lesionado, limpiar el área de cualquier impureza que pueda existir y preparar el tejido para que otras células puedan hacer el trabajo de unir los fragmentos óseos en los que se separó el hueso original. A medida que avanzan las semanas, se forma un nuevo hueso para unir los fragmentos y fortalecer el punto de la fractura para que no se produzca una nueva separación.
Durante una pseudoartrosis, las células del cuerpo están mal programadas: comprenden que los fragmentos óseos son huesos individuales y no hacen nada para tratar de unirlos con el tejido óseo. A veces, el sitio de la fractura se une, pero por un tejido que es flexible, por lo que se genera movimiento.
Este trastorno es común en los niños y cuando las fracturas no son desplazadas ya que en ambos casos se ponen en práctica menos cuidados del paciente ya que normalmente su evolución es más favorable. Los huesos más afectados son los huesos largos como el húmero, el fémur y la tibia.
Otros factores que puede ocasionar este trastorno son las fracturas abiertas en las cuales hay una infección añadida, mala inmovilización, trastornos circulatorios locales que comprometan el aporte local de nutrientes, malnutrición y carencias de vitaminas y minerales, necrosis del hueso y la presencia de tejidos blandos entre los extremos de los huesos que interfieran con la formación del callo.
