De forma sencilla, se tiene que el punto de ebullición hace mención a la temperatura en la cual un líquido hierve, la cual está vinculada a las propiedades del líquido y no a su cantidad. Cabe destacar que una vez que el líquido ha entrado en ebullición y está hirviendo, la temperatura no sufre ninguna variación, es decir, es constante.
La variación de la temperatura está relacionada con la energía cinética de sus moléculas. Lo normal es que sean pocas las moléculas que quiebren la tensión superficial, pero una vez alcanzada la temperatura del punto de ebullición, aumenta al entropía y las partículas presentes se desordenan.
Un ejemplo claro y sencillo, es el del agua, su punto de ebullición es de cien grados centígrados. Es decir que se puede poner el agua a temperatura de ambiente que es 20 grados, en una vasija y llevar el recipiente al fuego. El agua, en ese momento se encontrará en estado líquido. Pero mientras aumente la temperatura, la tensión superficial empezará a cambiar, hasta llegar a los cien grados, el agua alcanzará su punto de ebullición y empezará a hervir, pasando a estado gaseoso. Es importante señalar que no importa si la vasija contiene medio litro, un litro o tres litros de agua, el punto de ebullición siempre será cien grados.
En algunos lugares del mundo, donde reina la pobreza, existen enfermedades como el cólera, la cual está presente en el agua y lo que se ha buscado es educar a la comunidad en cuestiones relacionadas con la higiene y la manipulación de alimentos. Puesto que el agua es uno de los elementos claves en la propagación de la bacteria Vibrio Cholerae, la cual es la causante del cólera. Es importante señalar que si se desea lavar alimentos, beberla o utilizarla para cocinar, siempre se recomienda hervirla previamente para matar las bacterias.