El proceso de producción de esta sustancia se da cuando el quimo llega al duodeno, este es mezclado con la bilis que se encarga de fraccionar las grasas y los aceites en pequeñas porciones para que de esa manera puedan digerirse mucho más fácilmente. Un dato importante es que el quimo también es mezclado con el jugo pancreático y con el jugo de los intestinos que se encarga de digerir las grasas, las proteínas y también los hidratos de carbono. Es de dicha manera como se transforma en quilo, el cual posee nutrientes de muy pequeño tamaño que atraviesan las vellosidades intestinales, que no son otra cosa más que pequeñas prolongaciones en forma de dedos en la capa interna del intestino delgado. Todo este proceso se conoce como absorción y así ingresan a la sangre, que es la encargada de trasladarla a todo el organismo.
Por otro lado, se cómo como fístula de quilo o milo a una fuga del fluido linfático que se presenta en los vasos linfáticos. Generalmente se acumula en las cavidades torácicas o abdominales, lo que puede hacer que se produzca un quilotórax o una ascitis quilosa, respectivamente. Con respecto a su, éste se basa en la ligadura del conducto. Ya que la reparación directa no es práctica debido a la extrema friabilidad que presenta el conducto torácico. Existe un tratamiento alterno a este último, se trata del fármaco subcutáneo octreotide, lo que puede conducir a la resolución completa de la producción de quilo, y evita la que se proceda a una intervención quirúrgica.