Podemos decir que el razonamiento inductivo funciona como un instrumento en la matemática sofisticada, ¡aunque lo hemos estado usando desde que éramos bebés! Cuando usamos el razonamiento inductivo, usamos nuestras experiencias y observaciones para sacar conclusiones sobre lo que sucederá en el futuro. Las primeras veces que dejamos caer algo cuando éramos niños, el objeto cayó al suelo. Eventualmente, decidimos que este patrón continuaría, sin importar cuál fuera el objeto: las cosas caen. El razonamiento inductivo es una forma importante de descubrir cosas nuevas en matemáticas.
Desde un punto de vista científico, el razonamiento inductivo se desarrolló a partir del siglo XVII con las contribuciones del filósofo Francis Bacon. Este filósofo consideró que se pueden alcanzar conclusiones generales a través de tablas en las que se recopilan datos de manera sistemática y ordenada sobre lo que se está estudiando.
En general, se dice que esta forma de razonamiento va de lo particular a lo general. Así, de algunos casos particulares se observa una cierta regularidad entre ellos y esta lógica es lo que permite sacar una conclusión general. En otras palabras, los hechos concretos se observan de manera detallada y, posteriormente, se propone una ley que explica la regularidad de dichos eventos.
La inducción crea leyes generales basadas en la observación de eventos reales. Por lo tanto, es una generalización que podría ser falsa. En consecuencia, las conclusiones o leyes del método inductivo son probables y solo son válidas siempre que ningún caso contradiga la generalización. El inductivismo ha sido criticado como una estrategia válida de razonamiento porque presenta una serie de lagunas.
El inductivo y el deductivo son dos métodos de razonamiento diferentes, que también son muy aplicados en Filosofía y en casi todas las investigaciones científicas.
Estos métodos son parte del pensamiento lógico y de procesos analíticos, pero es importante saber que son completamente diferentes entre sí y que se utilizan en función de las necesidades del investigador.