Este concepto es ampliamente utilizado en la economía, en donde se habla de la reciprocidad como un sistema de cambios de bienes y trabajo informal, dispuesto para aquellos territorios en los que no existe un mercado. A pesar de que es más común en pueblos, este tipo de cambios pueden hallarse en diferentes sociedades.
La reciprocidad enmarcada en el aspecto económico, es comúnmente estudiada por la antropología, puesto que involucra al ser humano y sus prácticas comunes. Normalmente, este tipo de sistema informal se desarrolla cuando en cierta zona, no se producen, venden o compran servicios.
Por tanto, es necesario, para adquirir productos que no se poseen, canjear aquellos que no resultan necesarios o, bien, se pueden obtener por otras vías. Esto es también conocido como trueque, y fue lo más cercano a un sistema económico que se obtuvo en las épocas más primitivas de la historia humana.
Según las investigaciones realizadas por el antropólogo americano, Marshall Sahlins, esta puede ser dividida en tres categoría: la reciprocidad generalizada, en la que la retribución no es obligatoria y puede no darse en el corto plazo; la reciprocidad como un sistema de intercambio de bienes informal y simple y la reciprocidad negativa, en donde el beneficio es obtenido a partir de la otra parte involucrada, pero no retribuida.