Hay existen diferentes líquidos y gases que permiten la transmisión de calor de un cuerpo a otro, utilizando métodos como la evaporación y la condensación o el intercambio de calor sensible; los más usados son: agua, amoníaco, glicol, R-11, R-22, R-23, R-24, R-134a, R-502, R-407c, R-410a, R-507, R-517. Se pueden clasificar según su composición química (inorgánicos y orgánicos), el nivel de seguridad que representan (va desde el grado 1 hasta el grado 3 y cada uno representa un nivel de toxicidad e inflamabilidad), por su presión de trabajo (baja, media, alta, muy alta) y por la función que tienen (primaria y secundaria).
Existen distintas técnicas, además de los gases y fluidos químicos refrigerantes, para enfriar cuerpos, como lo es la utilización del agua y el aire como evaporantes que se dispersan en el exterior, al igual que el efecto magnetocalórico, aún en investigación y sin aplicación comercial que prueba el procedimiento de enfriamiento con el efecto magnetocalórico.
La refrigeración se aplica en diferentes lugares y con fines diversos, en los hogares se aplica para lograr estabilizar la temperatura del ambiente para hacerlo agradable, en los medicamentos para que se descompongan en la boca al momento de ingerirlos, en los procesos industriales para reducir la temperatura de las máquinas y tengan un correcto desarrollo, al igual que la criogenesis, enfriamiento a bajas temperaturas, para investigaciones científicas.