Este reloj interno es el mecanismo que tiene la responsabilidad de controlar, en ciclos de 24 horas el proceso de sueño/vigilia, pero que además de esto, también puede llegar a afectar el funcionamiento de muchos órganos como los músculos, el corazón, el hígado, etc., e influir en otras funciones como por ejemplo el consumo de oxígeno a temperatura corporal, entre otras.
Todos los seres humanos identifican a la noche como la etapa del día en donde se descansa y que el día es utilizado para ejecutar todas las labores cotidianas (estudiar, trabajar, etc.) El cuerpo humano tiene un horario que se encuentra regulado por el reloj biológico. Ahora bien, si por alguna razón, estos espacios de tiempos se alterarán de manera súbita, es decir que por ejemplo la hora de dormir es cambiada, la persona podría experimentar, cansancio, mal humor, nerviosismo, etc. Un ejemplo de ello, es cuando la persona tiene que trabajar por la noche y descansar por el día.
Cada persona cuenta con un reloj biológico, una especie de cronómetro interno, que guía los procesos fisiológicos y los comportamientos que el organismo tiene de forma periódica y es un tiempo específico.
Si se desea un equilibrio en el reloj biológico, es necesario mantener una práctica periódica en relación a la alimentación, el descanso y las actividades diarias, de esta manera se podrá mejorar el funcionamiento del cuerpo.
Es importante hacer notar la existencia de algunos ritmos que poseen la particularidad de acoplar sus tiempos “circadianos”, los cuales dependen de los cambios de luz/oscuridad y de la temperatura a fin de normalizar ciertos aspectos como el hambre, el sueño, etc. Estos ritmos se les nombran circadianos porque cuentan con una duración aproximada de 24 horas, es decir que es un periodo cercano, que no necesariamente tiene que ser igual a un día.
Por ejemplo, si una persona se encierra en un cuarto, donde no se pueda observar si ya oscureció o amaneció, el mismo organismo es quien le manifestara a la persona cuando es hora de dormir y cuando es hora de comer. Con esto se evidencia que la fisiología y el comportamiento de los humanos y otros seres vivos, se encuentran regulados por el reloj biológico.
