Cuando las reprimendas están involucradas en el aspecto familiar, es normal que estas se den cuando algún miembro rompe las reglas establecidas por el propio entorno o la sociedad. Sin embargo, estas suelen estar dirigidas a aquellos que todavía están en proceso de formación, es decir, los niños, adolescentes y adultos jóvenes. Las reprimendas pueden ser propiciadas por algún adulto a cargo del joven, sin importar que existan lazos consanguíneos; a pesar de esto, los parientes directos, como los padres, los abuelos y los tíos, suelen tomar las riendas del asunto.
Las reprimendas, de acuerdo a algunos autores, no hace sino afectar negativamente la integridad de quienes la sufren. Esto es, agrava el asunto más que lo sana. En la otra palma, se encuentran quienes defienden la mano dura cuando es necesaria, puesto que el temor a una reprimenda severa, hará que quien la experimente mejore su comportamiento para evitarla.