Todo comienza a raíz de la muerte de Isabel I, al inicio del siglo XVII, el régimen monárquico de gran Bretaña se le adjudicó a la dinastía de los estuardos, primeramente en la persona de Jacob y luego pasó a su hijo Carlos I. Estos monarcas promovían la creencia de que si la realeza mandaba era porque Dios así quería y fue precisamente esto lo que originó ciertos altercados entre el rey el parlamento británico.
La revolución inglesa surge por dos causas: una política, ya que Carlos I trato de imponer en Inglaterra un absolutismo monárquico, sin guardarle respeto a las autoridades que integran el parlamento, fundamentándose en la idea, de que el poder de la monarquía se le había dado por derecho divino. Y la otra causa es religiosa, esto se debe en principio, porque el Rey Carlos I era católico y estableció una política basada en limitaciones religiosas, que provocó la enemistad de la mayoría de los integrantes del parlamento que eran protestantes.
Para el año de 1640 esta rivalidad entre ambas fuerzas era mayor y se agravó cuando el rey le pide al parlamento que lo apoye económicamente, para financiar la guerra entre Inglaterra y los calvinistas escoceses. El parlamento decidió no financiar nada, cosa que molestó profundamente al soberano, quien increpado por la oposición, decide cerrar el parlamento.
El conflicto armado inicia en el año de 1642 y en donde el bando de los realistas, derrotaban al ejército del parlamento, el cual estaba representado por puritanos. Fueron varios años de brutal lucha, para que al final el ejército del rey fuera completamente vencido en el año de 1651.
Oliver Cromwell un militar y político inglés, integrante del parlamento asume el poder y es proclamado como el protector de Inglaterra y asume el poder hasta el día de su muerte. Durante su gobierno la paz estuvo siempre presente, hubo mucha tolerancia religiosa, donde prevaleció la libertad de culto. Sin embargo esta revolución finaliza, cuando el reino es reconquistado por el linaje de los estuardos.