A nivel facial existe un nervio encargado de poseer la sensibilidad del gusto y el olfato este se conoce como trigémino, a pesar de cómo se expuso anteriormente el 80% del sabor es percibido por el olfato esta sensación sería imperceptible sin las papilas gustativas. Algunos sabores tienen una característica apreciable, esta es la capacidad de permanecer la sensación en las papilas aun después de haberse ingerido el alimento o la sustancia química, a esta propiedad se le otorgó el nombre de retrogusto y normalmente la poseen sustancias como el vino, aceite natural, aguas saborizadas, etc.
Como se mencionó anteriormente solo existen cuatro tipos de sabores, y su percepción a nivel de pupilas se realiza en toda la superficie lingual pero se agudiza en puntos distintos: amargo, este se caracteriza por ser un sabor desagradable en el momento del contacto, la lengua humana tiene la capacidad de detectar diferentes tipos de amargura y esta se percibe mayormente en la parte posterior de la lengua; ácidos, estas son sustancias que tienen un pH bajo debido a que están conjugadas por mucha cantidad de hidrógeno. Por otra parte se encuentra el sabor dulce, es un sabor agradable donde se aprecia mejor en la punta de la lengua, y por último el sabor salado el cual es percibido por papilas sensibles al NaCl.