Aquellos pertenecientes a la aristocracia británica compraban sabuesos franceses periódicamente. De igual manera los criadores franceses crearon una inmensa variedad de sabuesos anglo franceses, los cuales se caracterizaban por su eficiencia al momento de rastrear algo.
Es importante destacar que Alemania también hizo una contribución muy valiosa en lo que se refiere a la cría de sabuesos. La raza “Teckel” es una clase de perros de rastreo muy pequeña, pero debido a que ha sido criado de manera intensiva, por su carácter agresivo y su habilidad para meterse en las madrigueras, resulta el más adecuado para catalogarlo con los “Terriers”.
El cruce de los teckels con los perros sabuesos alemanes, dio origen a un grupo especial de perros sabuesos los dachsbrackes. La raza “Drivers” (perros de caza de Suecia) por su parte, fue creada a partir de los Dachsbrackes provenientes de Alemania. De este país también provienen los mejores perros de rastreo, caninos con una excelente capacidad para rastrear sangre de varios días.
El “Doberman” es otra clase de sabuesos que fueron criados como perros guardianes.
Para el siglo XIX, en el centro y norte de Europa, los criadores finlandeses, polacos y suecos crearon un grupo de eficaces de perros sabuesos empleando razas de Rusia y de Europa Central. La raza “Dunker” de Noruega es el sucesor del perro arlequín ruso. Hoy en día extinguido.
Por lo general los perros sabuesos son mansos, con una elevada capacidad olfativa que le ayuda a captar hasta el olor más sutil, suelen llevarse bien con los otros perros y con los niños.