Etimológicamente el término saldo proviene del italiano «saldo», y este a la vez del latín «solĭdus» que quiere decir «solido», voz de donde también deriva la palabra sueldo; solidus era una moneda de que era acuñada durante la época del Imperio Romano, que sustituida al famoso denario, que era la moneda de plata de ese entonces. La palabra saldo puede tener varias acepciones que dependerá según el contexto en el que se utiliza el vocablo. En el ámbito de contabilidad, donde tiene su mayor uso la palabra saldo, es la desigualdad que existe entre el debe y haber, que es acreedor cuando el saldo es a favor, o sea que el haber es mayor al debe; por otro lado el saldo es deudor cuando el debe es mayor al haber; y se le llama saldo nulo cuando estos dos son iguales.
En el contexto comercial, saldo es cuando un individuo compra un artículo u objeto en una determinada tienda, pero no posee la cantidad necesaria o completa de dinero, del coste del artículo, por lo que entrega una parte del costo de este; y a esto se le denomina seña y a la parte que resta por pagar se le denomina saldo.
Finalmente otra significación del término saldo, es usada en ciertos países alrededor del mundo, con el objeto de describir el acto que realizan los comerciantes o fabricantes, que consiste en vender sus mercancías restantes a un bajo precio, con el fin de venderlas en el menor tiempo posible.