Muchos clientes afirman que existe una gran diferencia entre utilizar un traje hecho exacto a su medida, a vestirse con una pieza estandarizada bajo tallas por defecto de una fabricación industrial. Saber realizar una buena costura es entonces el método principal para poder desempeñarse como un buen sastre; no es más que unir numerosas porciones de tela cortadas a la perfección de lo que se desea por medio de la conjugación con un hilo.
Es frecuente que las personas tiendan a confundir costurera con sastre, a pesar de que ambos tienen trabajos parecidos porque su empleo es la confección de ropa no es lo mismo; “costurera” es un término aplicado solo para el sexo femenino mientras que “sastre” es para el sexo masculino, otra característica es que (según la definición de la real academia española) una costurera se dedica a coser por su parte el sastre confecciona y modifica ropa, las costureras tienen la capacidad de construir cualquier pieza de vestir (accesorios, bolsos, etc.) y los sastres son más especializados y se centran en el área de gala trabajando más que todo con trajes formales.
Para ser costurera o sastre igual se necesita recibir alguna instrucción educativa, por supuesto muchos buenos trucos son adquiridos sobre la marcha en el oficio, sin embargo existen numerosos cursos que permiten la adquisición de conocimientos básicos para poder empezar a realizar estos tipos de trabajos.