Su nombre se origina del latín, septimana. La Semana se considera como un periodo de siete días, de aplicación universal actualmente como división del tiempo. Esta división es artificial, ya que fue ideada por el hombre para nuestra distribución del día a día. El comienzo de la semana de siete días probablemente se deba a la división del mes lunar, ya que las fases de la luna duran un periodo de siete días. Se cree que el origen de la semana es de los antiguos hebreos o judíos, ya que aparece mencionada como una unidad de tiempo en la Biblia, cuando en el primer libro (Génesis) de ella se relata la creación del universo, en donde Dios trabajo en seis días y en el séptimo descansó. Sin embargo, también se piensa que los judíos tomaron esta división del tiempo de la cultura Mesopotámica (babilonios y sumerios), siendo ésta cultura la primera en utilizar la semana de siete días.
En el Imperio Romano utilizaban la semana en un lapso de ocho días. sin embargo, con la llegada del cristianismo (de orígenes judíos), la semana romana pasó de 8 a 7 días. El cristianismo se propago poco a poco en el Imperio Romano, y más adelante cuando se adoptó la religión cristiana como la oficial, también se adoptó la semana de 7 días, celebrando así el día del descanso (shabat).
Los antiguos astrónomos tomaron como referencia los astros celestes para la designación de los nombres a los días de la semana (lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo), en la antigua Roma los astros se relacionaban con los dioses, y en el Oriente con los elementos de la naturaleza.
En muchos países cristianos se considera el domingo como primer día de la semana. Sin embargo, según la norma internacional ISO 8601 el lunes se toma como el primero de los días.
