Los factores que impulsan dicha separación, son diversos: culturales, políticos, raciales, regionales, lingüísticos, religiosos, etc.
Hay quienes piensan que el separatismo es un grave peligro, ya que impulsa la desunión de una nación, logrando que una parte del país se aleje y se independice, acabando con la identidad nacional de una nación. Europa, Asia y África son los continentes donde existen la mayoría de los movimientos separatistas; en el caso de los países americanos, este tipo de movimientos no son muy comunes. Solo existe uno muy conocido y fue el de la Gran Colombia, hecho ocurrido durante el siglo XIX; cabe recordar que la gran Colombia estuvo integrada por tres países: Colombia, Ecuador y Venezuela y que por razones nacionalistas terminaron separándose.
Es importante señalar que existen algunos movimientos separatistas que se valen del terrorismo para crear enfrentamientos, mientras que otros deciden irse por lo legal para así alcanzar una gradual autonomía apegada a derecho, como lo que sucedió en Quebec, Escocia y Cataluña.
Si bien es cierto que existen varios factores causantes del separatismo, también es cierto que en todos estos casos, el nacionalismo o identidad, es un factor común entre todos ellos; ya que mayormente los enfrentamientos son causados por cuestiones de índole nacionalista. Es decir que cuando una parte de la sociedad se identifica con su país, resulta complicado que se origine algún tipo de problema; el conflicto surge cuando en ese sector ciertas personas, no se sienten iguales a los demás, basándose de cualquier elemento, es en ese momento cuando se inicia el separatismo.
En Europa existió un claro ejemplo de separatismo y fue el caso de Bélgica y Holanda, ambos países se encontraban unidos por el dialecto, ya que ambos hablaban lenguas similares: el holandés y el flamenco. Aunque, una de las causas que originó su separación durante el siglo XVI fue de índole religiosa.
Durante el siglo XX el factor religioso dejó de ser un motivo de separación para Bélgica y Holanda, ahora la identidad la otorgaba el idioma; observándose entonces que los habitantes de estas zonas, antes se consideraban unos católicos y otros protestantes, ahora comienzan a distinguirse por el idioma, transformándose entonces el dialecto en factor de identidad.