La Sialorrea también puede ser producida por alguna infección o enfermedad que se esté produciendo en el tracto gastrointestinal, descartando por completo que se trate de alguna anomalía presente en las glándulas productoras del líquido que mantiene lubricada la cavidad bucal del humano. Comúnmente cuando vemos a una persona excretando una gran cantidad de saliva, decimos que está babeando, sin embargo se puede tratar de un problema grave. El babeo sialorreico puede ser también un síntoma de un agente externo que esté afectando al cuerpo humano, las drogas, infecciones, intoxicaciones con mercurio, insecticidas entre otros. Los pacientes diagnosticados con enfermedades cerebrales como la parálisis corporal, el alzheimer, carecen de la capacidad de controlar su flujo de saliva lo que provoca sialorrea.
La sialorrea puede resultar común en niños porque tienden a meterse cosas en la boca con frecuencia, lo que les puede causar ciertas molestias en las encías y las mismas glándulas, de la misma manera, la aparición de nuevas piezas dentales puede provocar automáticamente un exceso de saliva en la boca del pequeño. Los efectos secundarios de la Sialorrea, además de ser estéticos e higiénicos, pueden traducirse como deshidratación y problemas dermatológicos alrededor del surco de los labios, mal aliento (halitosis), irritación de las encías, y coloración amarillenta de los dientes.
El tratamiento más aconsejable en estos casos luego de determinada la causa es la ingesta de medicamentos que puedan reducir la salivación, en quirófano se pueden retirar las glándulas que producen la saliva, pero si el trastorno disminuye, representará un problema médico un mayor. Para las personas que se conducen en la vida con sialorrea sin tener una patología mucho mayor, pueden recurrir a la terapia psicológica para disminuir la sensación de que se necesita un exceso de saliva.