Los rayos del sol junto a la canalización de partículas orgánicas volátiles y de óxidos de nitrógeno del humo de los carros, generan lo que se conoce como smog fotoquímico. Asimismo, deriva en la formación de nitrato de peroxiacilo y de ozono, que provoca la irritación del sistema respiratorio y molestias en los ojos.
Usualmente en las grandes ciudades donde circulan muchos vehículos y una intensa actividad industrial es que se genera este tipo de fenómenos. Los días soleados son los ideales para que se intensifique el smog, debido a que las capas superiores del aire son más gruesas. Además, donde también existen montañas, el esmog es mucho más común.
Algunas ciudades que padecen de esta problemática son la Ciudad de México, San Pablo en Brasil, Buenos Aires en Argentina, Lima en Perú, Santiago de Chile, Nueva York, Los Ángeles y Pekín.
El hecho que se trate de un fenómeno tan común en muchas ciudades, es de gran importancia a nivel mundial, ya que son diversas las consecuencias del smog. Uno de ellos es que puede generar problemas en el sistema respiratorio, sobre todo a aquellos individuos que sufren de asma, si la intensidad de esta enfermedad es muy fuerte puede resultar imposible resistir un día entero en un lugar donde el smog sea parte indivisible del paisaje.
Hay que sufrir un trastorno previo para que el smog pueda afectar la respiración, dado que produce daños en las membranas de los pulmones y esto causa malestar, dolores, irritación en la garganta y tos, entre otros.