El término sujeto pasivo también puede integrarse en el contexto de la psicología para definir la calidad del carácter de una persona con poca personalidad que tiende a pasar desapercibida porque se deja llevar más por lo que hacen otros que por sus propios criterios.
Por ejemplo, una actitud de un sujeto pasivo no es tomar la iniciativa de proponer planes sociales al grupo de amigos y adaptarse siempre a las propuestas de los demás. Por ejemplo, cuando va al cine a ver una película, un sujeto pasivo puede evitar dar su propia opinión sobre la película que prefiere mirar.
Cuando hablamos de impuestos y tenemos que encargarnos de las obligaciones fiscales que arroja un determinado impuesto, es muy común confundir los términos de contribuyente y contribuyente. Aunque en muchas ocasiones coincide, no debe confundirse con un contribuyente. El contribuyente es la persona, física o jurídica, llamada a soportar la carga del impuesto, como el titular de la capacidad económica que da lugar al caso de sujeción al impuesto. Es quien debe cumplir con las obligaciones legales y asumir la carga económica de la misma.
El contribuyente es la persona física o jurídica obligada a cumplir con las obligaciones tributarias, ya sea como contribuyente final o como contribuyente. Esta cifra es el deudor contra el Tesoro, ya que ha generado el evento económico por el cual surge la obligación de pagar el impuesto.
En el caso del impuesto sobre la renta personal, por ejemplo, el contribuyente es la persona o empresa que debe pagar dicho impuesto, que es el mismo que generó un evento que genera ingresos que pueden aumentar el patrimonio o tener capital. En este caso, el contribuyente y el contribuyente están de acuerdo.